Durante quince años de Revolución bolivariana, los discursos sobre la nación y las políticas públicas han posicionado a las mujeres en una doble condición: la de sujetos políticos y la de reproductoras biológicas. Sin embargo, el ideal maternal constituye la principal representación de los cuerpos femeninos y la primera expresión social de su sexualidad. En tal situación, el control de los cuerpos se ejercita bajo un enfoque médico biológico que apunta a regular las diversas expresiones de las sexualidades y a garantizar una identidad nacional homogénea enmarcada en un orden global. La autora desarrolló esta investigación en Caracas, centro de la organización burocrática del estado venezolano. Durán analiza los imaginarios corporales y las representaciones del género femenino y, al hacerlo, identifica las tensiones entre dos formas de comprender la sexualidad: la categoría y la práctica cotidianas, por un lado, y el marco de los derechos, por el otro.